Mi gran amiga MD me manda esta foto de un hombre camino del supermercado para hacer la compra en Harare (Zimbawe). La inflacción del país roza el 100% lo que hace imposible la vida.
Zimbawe, siendo el país con mayor inflacción del mundo actualmente, se queda en una mera anécdota cuando se analiza la historia de Argentina (>1400% de inflacción durante varios años entre los 70 y los 90). Tal vez sea por eso que la hiperinflacción me ha fascinado desde siempre. Nunca he dejado de preguntarme cómo uno consigue sobrevivir en un entorno tal. La respuesta no es sencilla y tiene muchos matices.
La hiperinflacción conlleva una pérdida absoluta de valor de la moneda - la imagen lo dice todo. En dicho entorno la sociedad vuelve a un modelo de trueque para establecer relaciones económicas, por ejemplo cambiar unos zapatos por la cesta de la compra.
Sin embargo el trueque, solución temporal para el día a día, no aplica en el mundo de los negocios. Las empresas asumen una moneda fuerte internacional como referencia y se cancelan las operaciones en divisa nacional. Tradicionalmente el dollar ha sido el referente para este tipo de transacciones.
Las causas de la inflacción son múltiples y sus soluciones complicadas. Resulta fascinante entender los mecanismos de las políticas monetarias que están tantas veces en la raíz del problema. No conozco el caso de Zimbawe, pero nuestra querida Argentina es una ejemplo de libro.
Nuevo gobierno que promete estabilizar el país -->Para crear crecimiento incrementa la contratación pública --> Cuando las previsiones no se cumplen y no se genera suficiente para pagar la deuda se emite más dinero --> El dinero consecuentemente se devalúa --> La devaluación ocasiona inflacción de los productos --> El ente público emite más dinero para incrementar --> sueldos ...
Cuando te das cuenta estás en dos cifras de inflacción y es imparable. Como siempre en economía el problema es explicar las cosas al ciudadano de la calle. Hay una anécdota muy curiosa de la negociación en Argentina en los 90. El gobierno, tratando de controlar la inflacción, establece una mesa de negociación con los sindicatos más fuertes del país. La propuesta es congelar los sueldos del funcionariado para así parar la inflacción. Serán un par de años difíciles pero el país recuperará la senda del crecimiento.
La negociación fue un completo desastre y finalizó con subidas salariales astronómicas. El líder sindical, un hombre muy inteligente, lo explicó de manera muy sencilla: "si congelamos los sueldos, es evidente que la gente pierde con lo cual yo soy un fracaso y me despido del puesto aunque tenga un beneficio claro en todo el mundo al mejorar la economía"
"si incremento los sueldos un 50% soy un héroe, da igual que la inflacción se dispare un 200% y la gente pierda mucho más poder adquisitivo que con una congelación. Nadie va a culparme por eso"